La cobia es un pez que posee muchos atributos interesantes para ser cultivada, entre ellos destacan aspectos reproductivos, buen crecimiento, carne de buena calidad y con mercado interno e internacional....
La cobia es un pez que posee muchos atributos interesantes para ser cultivada, entre ellos destacan aspectos reproductivos, buen crecimiento, carne de buena calidad y con mercado interno e internacional.
Pero, por sobre todo esto, la cobia tiene una característica que la hace ser una excelente candidata para diversificar la acuicultura chilena, esto es que, en Chile, ya se cultivó de manera experimental la especie obteniendo su ciclo completo de cultivo y con excelentes resultados. Lamentablemente, dicho cultivo tuvo su fin por razones ajenas al cultivo y a la especie en sí y no pudo prosperar, sin embargo, la experiencia está, es posible cultivarla en Chile y sería bueno retomar cuanto antes el escalamiento productivo.
La cobia (Rachycentron canadum, Linnaeus, 1766) es un pez con excelentes atributos para ser producida en Chile, entre los que destacan un rápido crecimiento y carne de buena calidad. De fácil desove, buena fecundidad, tamaño de ovasadecuado para su manipulación y buena supervivencia, posee además buen comportamiento, ausencia de conductas agresivas, entre individuos, durante el cultivo, según lo señalado por Daniel Nieto, realizador de la exitosa experiencia pionera en Chile.
Es un pez que se distribuye mundialmente en aguas marinas,tropicales y subtropicales. La talla máxima reportada, según Fischbase.org, es de 2 m, siendo la talla común 1,10 m.; el peso máximo publicado para la especie es de 68 kg, a la edad de 15 años. Tolera rangos de temperatura que fluctúan entre los 17º y 32º C, siendo el rango de temperatura ideal, para cultivo, los 27°C.y, el rango de salinidad natural: 22,5 44,5 ppm. Posee factor de conversión de 1,3, es de dieta carnívora, posee un excelente mercado de nicho y presenta una excelente fuente de ácidos grasos Omega 3, más que el salmón (2.24 vs 1.80 g/100g.), según nos cuenta Nieto.
Los reproductores de cobia de app. 10 kilos (de 2 – 3 años), son mantenidos en estanques para su desove (con colectores de huevos). Los huevos fertilizados, son ubicados en estanques de incubación. Posteriormente, la eclosión ocurre a las 24 – 30 horas, con ovas de 1.2-1.3 mm. Los juveniles, en tanto, son seleccionadas cada 4 a 7 días, por talla, hasta alcanzar los 70 gr. en 75 días, cuando la larva mide, en promedio, 18,9 mm. Los juveniles alcanzan una longitud total de 180 mm y, posteriormente, son engordados. La forma tradicional de producir cobia es en jaulas en el mar, sin embargo, en Chile esto no es viable por la temperatura, por lo que el cultivo se ha realizado en estanques en tierra, según lo que nos explica Daniel Nieto.
En Chile, el cultivo se realizó en el frontis de la Central Termoeléctrica Andina – Central Termoeléctrica Hornitos (CTA_CTH), en la comuna de Mejillones, II Región, sin embargo, por razones propiamente de la termoeléctrica, no se pudo continuar con dicha experiencia a pesar de los excelentes resultados obtenidos.
Cero desechos
Toda la materia orgánica del centro de cultivo (mortalidad y principalmente fecas) se reciclan por medio de una lombricultura (Eisenia foetida) que transforma todo esta materia prima en humus.
El agua efluente es utilizada para regar una plantación de salicornia (espárrago de mar).Todo manejo se hace considerando el bienestar de los peces; nunca se usaron antibióticos, ni se presentó enfermedad alguna.
Para indagar más acerca de la experiencia de cultivo de cobia, en Chile, sus principales logros, y saber por qué este cultivo no ha prosperado en Chile, entrevistamos a Daniel Nieto, quien llevó a cabo dicho cultivo, durante 4 años.
¿Cómo nace la idea de traer cobias a Chile?
«La idea nace el 2010, a partir del interés en explorar nuevas alternativas a la monoproducción salmonera y coincide con el impulso que, desde el Estado se dio, a través del PDACH (Programa de Diversificación de la Acuicultura Chilena). Al buscar información, noté que en varias revistas especializadas en acuicultura se referían a la cobia en excelentes términos, principalmente por su rusticidad para el cultivo, su tasa de crecimiento excepcional (hasta 8 kilos en 1 año, a partir de huevo), y su precio de mercado de nicho hasta 5 veces el del salmón, características todas que la hacían extremadamente atractiva para el cultivo».
¿Cómo considera que fue su experiencia, en general?
«La experiencia de haber cultivado, por primera vez en Chile, en el desierto más árido del mundo, en medio de una comunidad, Mejillones, que ignoraba la palabra acuicultura, usando las cálidas aguas efluentes de una termoeléctrica (E-CL), esta especie tropical, de carne deliciosa fue, desde todo punto de vista, excepcional».
¿Cuáles fueron los logros o hitos obtenidos?
«Creo que obtuvimos varios logros importantes, no sólo relativos a haber sido capaces de implementar, por primera vez, un cultivo de un pez marino, introducido para estos efectos, con toda la complejidad que esto implica, recircular agua de mar, alimentar, manejar la química del agua, etc. Cuando los peces crecieron hicimos pruebas de rendimiento, y finalmente hicimos pruebas de mercadeo, vendiendo experimentalmente filetes y HG, de 4 kilos, en los mejores restaurantes de Antofagasta e Iquique. Es decir, produjimos un producto que pudimos caracterizar para el mercado, y nos fue muy bien, había mucha demanda».
«El hito fundamental que ocurrió al cabo del segundo año (el proyecto duró 4 años) fue el control de la reproducción. Mi tesis de Doctorado la hice en esta materia: 16 hembras pusieron, entre octubre 2015 y abril 2016, un total de 58 millones de huevos que fueron la base de mi estudio. Obviamente, lograr la producción de huevos, en dos años, es un tremendo éxito, y nuestras expectativas estaban en que, desde el Estado se mirara esta experiencia con atención y empatía, ya que tenía un potencial enorme para escalar y/o ser replicada en otros lugares del norte de Chile».
«Otros dos hitos que merecen ser destacados son el social y el ambiental. En lo social contribuimos a la reconversión laboral de 10 pescadores artesanales que, ciertamente, se referían a su trabajo con orgullo y, en lo ambiental, desde el día 1, instauramos una política de cero desechos. Mediante una lombricultura asociada al cultivo de peces produjimos humus, a partir de las fecas y, con esto, abonamos una plantación de salicornia, planta halófita, rica en Omega 3, con la que hicimos un perímetro verde en el desierto. Nunca usamos antibióticos ni terapia alguna».
¿Cuánto tiempo duró el cultivo y dónde se realizó?
«El cultivo duró cuatro años (2012 2016) y se realizó en Mejillones, Región de Antofagasta, en una piscicultura que contenía 9 sistemas de recirculación, de 2 estanques de 8 m3 cada uno, es decir, 9 sistemas de 16 m3. Los reproductores estaban en 4 estanques de 60 m3, también en recirculación».
¿Actualmente, cuáles son las mayores problemáticas para cultivar cobia en Chile?
«Biológicamente no hay problemática asociada a la producción de cobia en Chile. El punto crítico de su implementación es la necesidad de contar con un agua de 27° C; esto tiene un costo, si bien los métodos de calefacción actuales, aprovechando la energía solar u otras, hacen de este cultivo, en Chile, hoy, algo mucho más viable que algunos años atrás. Además, con tanto aprovechamiento de la generación de calor industrial, no se depende de una termoeléctrica, eso es un paradigma innecesario, ya que un cultivo de cobia puede estar asociado a cualquier máquina o proceso que genere calor; compresores, plantas de proceso, túneles de congelación, generadores, etc.».
«Naturalmente, está el tema legal, lo que significa que para reiniciar un cultivo, hasta donde entiendo, se debe volver a pasar por una primera importación, para de ahí en adelante avanzar hacia la versión comercial, lo que no debiera ser mucho tiempo dada la experiencia ya generada».
¿Por qué no prosperó el cultivo de cobia?
«El cultivo de cobia en Mejillones excedió, con mucho, el ámbito de lo autorizado, a través de la primera Resolución que nos otorgó la Subpesca, para lo cual sucesivas resoluciones fueron agregándose en el tiempo. Hacia fines del 2015 habíamos hecho el ciclo completo y estábamos iniciando la búsqueda de interesados para un escalamiento».
«En los cuatro años, habíamos logrado lo que ninguna de las especies favorecidas por el Estado, en su etapa pre comercial, habían logrado ( ) Todo iba bastante bien, la Corfo y la Seremi de Economía, de la Región de Antofagasta, premiaron este emprendimiento como el mejor del 2014. Sin embargo, nada de esto fue suficiente. En una Consultoría de actualización de ranking de especies prioritarias para la diversificación acuícola, Corfo Gerencia de Capacidades Tecnológicas Presentada por: Cooperación y Desarrollo Limitada, mayo de 2015, respecto de las especies que no deben ser apoyadas por el Estado, dice explícitamente lo siguiente, en su página 5: cobia. Tiene bajo impacto económico-social. Hay escalamiento productivo de manos de inversión privada. Su producción es altamente dependiente de las termoeléctricas. No es pertinente la inversión pública en un programa de la naturaleza aquí analizada».
«Demás está decir que para llegar a esta decisión nunca nadie fue a ver el proyecto, a estudiar el caso, a preguntar nada; yo me enteré de esto mucho después. Y, el diagnóstico es de un completo error garrafal. Porque se perdió la oportunidad. La vida en el desierto sigue su parsimonia, nada logra vencer la inercia de la falta de visión».
«Ayuda, por cierto, hubiese sido muy bienvenida: a principios de 2016 había una intención en la termoeléctrica para ayudar a un escalamiento, pero vino la crisis de la baja del precio del cobre, cambiaron al gerente general, que era un visionario, y pusieron en su lugar a un gerente que terminó de un plumazo con éste y otros proyectos de sustentabilidad».
En el intertanto, hicimos una presentación, ante inversionistas y una empresa de Antofagasta, le gustó mucho el proyecto: la termoeléctrica le entregaba agua caliente y ellos hacían el resto. Una piscicultura de 1.000 toneladas era un ambicioso plan, pero esta empresa también comenzó a sentir el efecto del precio del cobre en su propio giro y decidió desistir, al menos en ese momento. Al final, se destruyó todo. Los reproductores de 20 y 25 kilos incluidos; nada quedó en pie, y donde existió una vez una magnífica piscicultura experimental se levantan hoy los cimientos de una nueva termoeléctrica. Son extraños los caminos de la vida. ¿Qué moraleja profunda surge por sí sola de los escombros? Cada cual verá. Lo más importante, en todo caso, es que lo ya realizado es repetible».
¿Cree que se debe potenciar el cultivo de esta especie? ¿Por qué?
«Sí, definitivamente. Es igual a pensar en la conveniencia de potenciar el cultivo de seriola, congrio, corvina, etc.: básicamente se trata de una acuicultura diferente a la que impera en el país, y una condición fundamental para el apoyo es que el mercado exista, aunque sea pequeño y de nicho, bien cuidado será una buena alternativa, creará fuentes de trabajo, especialmente en el norte, donde predomina una cultura ancestralmente extractiva, la pesca y el mineral, y estos emprendimientos permiten romper paradigmas y contribuyen significativamente a una cosmovisión más amplia en aquellos que allí laboran; esto lo constatamos claramente con los pescadores de Mejillones. Y esto es desarrollo. Y un buen negocio».
¿Cree que la cobia es una buena candidata para diversificar la acuicultura chilena?
«Sí lo creo, absolutamente. La idea de la diversificación de la acuicultura, al menos en su dimensión de negocio, debe verse con la mente bien abierta. Cómo no ha de ser una buena candidata, una especie cuyo cultivo experimental terminó vendiendo su producto, y de paso logró reproducir los peces y generar nuevas progenies, en forma sistemática, y todo en 4 años. Además, desde el punto de vista ecológico, la cobia en Chile jamás podrá ser un peligro para las especies nativas, puesto que a la temperatura del mar chileno se muere de frío, literalmente. Esto lo tuvimos que demostrar a
Subpesca, como parte del protocolo de trabajo asociado a la Resolución.
Cómo no va a ser buen candidato un pez que pudo ser cultivado con pescadores artesanales que se transformaron en expertos piscicultores (…) En los 4 años nadie nunca cuestionó el hecho de estar asociados a una termoeléctrica. Respecto del mercado, en el mundo se producen aproximadamente unas 45.000 ton/año, y toda se consume. Se vende en Estados Unidos y Europa, y el mercado paga entre US$ 10 y US$ 30 por kilo.
En Miami o Carolina del Norte, se sirve en restaurantes de mantel blanco, a valores entre US$ 27 (ceviches deliciosos) a US$ 38, a la parrilla (
www.cobia.cl). Esta candidata también recibió el premio al mejor emprendimiento del año 2014 (Corfo-Seremi Economía II Región). O sea, todo indicaba que las condiciones estaban dadas por todas partes. Entorno positivo, excelente precio, un estudio de mercado y una evaluación de proyecto que daba números muy atractivos. Solo falta el escalador».
Por: Katherine Silva.
Revista Mundo Acuícola.
Edición 111
Marzo-abril de 2017.