Sindicatos de Pescadores Artesanales de la bahía de San Vicente habrían recibido un mail por parte de la consultora socioambiental NONKEN, donde se les solicita entrevista para que se pronuncien...
Sindicatos de Pescadores Artesanales de la bahía de San Vicente habrían recibido un mail por parte de la consultora socioambiental NONKEN, donde se les solicita entrevista para que se pronuncien en torno a un proyecto privado que aún desconocen.
«Estamos ante un inminente peligro para el sector ya que se busca la remoción del lecho marino, sin considerar a la organización, a la ciudadanía, ni la sustentabilidad de los recursos del mar, en el borde costero cercano a la Refinería Enap Biobío donde pretenden intervenir», señalaron desde Ferepa Biobío.
Hugo Arancibia Zamorano, Presidente del Directorio de Ferepa Biobio dijo que “la Empresa NONKEN aduce que la necesidad surge a raíz del proyecto destinado en remover material del lecho marino, el cual será dragado e inmediatamente vertido en un área ubicada a más de 24 kilómetros de la costa, quedando depositado en el fondo marino. Producto del dragado, se busca optimizar las maniobras de buques en la bahía, permitiendo el atraque de barcos de mayor capacidad, disminuyendo las operaciones de alije”.
A juicio de Ferepa Biobío esto que implica un altísimo costo que tendrá que pagar el sector pesquero artesanal, los ecosistemas marinos y la comunidad.
Por todo esto, Ferepa Biobío denuncia el “inminente peligro que presenta este proyecto» y que como organización de los pescadores artesanales no pueden «permitir que no exista un estudio medioambiental que lo autorice y siempre y cuando estas operaciones no dañen la sustentabilidad de los recursos en todo el borde costero de la Región del Biobío”.
«Además, todo esto nos recuerda el gigantesco incendio que afectó a la bahía de San Vicente, el 6 de marzo de 1993 cuando a las 4 de la madrugada se comienza a desencadenar uno de los incendios portuarios más grandes registrados en el país, el cual terminaría con 7 plantas pesqueras, sus respectivas instalaciones portuarias, 9 barcos pesqueros, 18 embarcaciones de pesqueros artesanales, 26 embarcaciones de otro tipo destruidas (aprox. un 10% de la flota pesquera de la región), además de 1 persona fallecida y cerca de 1.000 personas desempleadas», agregaron.
“Un derrame de petróleo al mar fue el caldo de cultivo para que en pocos minutos el sector se convirtiera en un infierno. Se incendiaba el puerto pesquero más grande del sur de Chile, y sumado a esto la constante amenaza de explosión de los estanques de almacenamiento de combustibles de las empresas Shell, Copec y Esso (ubicados a sólo un par de cuadras del puerto pesquero), tenían a Talcahuano y las ciudades aledañas al borde de una catástrofe nunca antes vista en la historia de nuestro país. Esto no se puede repetir, dice y tampoco lo vamos a permitir en aras de la protección de los trabajadores de la pesca artesanal y de la comunidad», enfatizó Hugo Arancibia Zamorano.
«Esperamos que la Empresa mencionada responda al respecto y que la autoridad ambiental se pronuncie y evite que acontezca una nueva tragedia en la bahía que concentra industrias, terminales de desembarque de crudo, flota pesquera vuelvan a vivir una situación semejante a la del 6 de marzo de 1993», concluyeron desde Ferepa.