Mientras destacan las ventajas del país trasandino para el desarrollo de la acuicultura, agrupaciones ambientales de Chile y Argentina se manifiestan en contra de la industria salmonera.
El Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de Argentina realizó, durante la segunda semana de Mayo, la presentación de la Comisión Asesora Técnica para la Acuicultura (CATA), exponiendo los avances en materia institucional para consolidar el sector acuícola.
Con este contexto de fondo, en conversación con Radio Rivadavia, el Ingeniero Acuícola de la Universidad Austral de Chile, Lucas Maglio dialogó sobre el potencial de Argentina para crecer en acuicultura y producción animal.
“No solo es un potencial grande, sino el más grande del mundo según la FAO, y además existe un informe que considera la costa argentina como un sitio con la mayor ventaja para el desarrollo de sistemas de acuicultura oceánica, que es el futuro de la industria”, manifestó Maglio.
Respecto a una de las variables que más preocupan a quienes están en contra de la instalación de la industria en Tierra del Fuego, como lo es el uso de antibióticos, Maglio destacó que se trata de un tema que se ha ido trabajando en los últimos años.
“Indudablemente el uso de antibióticos es un estigma para Chile, pero hay que decir que en los últimos 20 años el uso de antibióticos y antiparasitarios ha disminuido muchísimo, producto de los avances tecnológicos y del empezar a enfocar la producción desde una mirada del bienestar animal”, afirmó.
Posteriormente hizo una comparación respecto al estado de la acuicultura en Chile y lo que le falta a Argentina para iniciarse en este rubro. Así, según Maglio, entre las razones por las que Argentina no se ha enfocado en la salmonicultura como la ha hecho Chile está: la abundancia en otros recursos y actividades; la facilidad que hay en Chile para el desarrollo de emprendimientos e inversiones desde el extranjero; y las costas protegidas en las zonas de canales y fiordos.
Sin embargo, respecto a este punto aclaró que “desde hace mucho tiempo se pensó que Argentina no tenía costas protegidas, y sí las tiene”, además de puntualizar las problemáticas que ha tenido la industria salmonicultora chilena por el uso de las zonas de fiordos y canales.
Otra dificultad que tendría Argentina según Maglio sería por una parte, la falta de una cultura pesquera, y por otra, el marco normativo pues la legislación respecto a pesca y acuicultura es más reciente en el país trasandino en comparación al resto de Sudamérica.
“En la Patagonia estamos haciendo trucha de una buena calidad, y estamos muy contentos. La costa del Atlántico tiene potencial, por eso creo que la acuicultura debe convertirse, después de los hidrocarburos, en la principal actividad de la Patagonia argentina», recalcó al finalizar.
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Salmonicultura en aguas australes
En el Canal de Beagle, hace poco más de una semana, argentinos y chilenos a bordo de sus kayaks manifestaron su apoyo al proyecto de ley argentino que pretende prohibir la salmonicultura en dicho país y reclamar el fin de la industria salmonera en los canales, fiordos y ecosistemas frágiles de Chile.
La campaña se llevó a cabo de manera autoconvocada por ciudadanos de Ushuaia y Río Grande, en la Argentina, y de Puerto Williams, en Chile, miembros de la comunidad náutica, representantes de diferentes clubes (Club Náutico AFASyN, el Club Náutico de Río Grande, el Club Shima Waia, el Club de Pesca con Mosca y el Club Río Grande), la comunidad Yagán de Puerto Williams, el programa marino de Rewilding Argentina Sin Azul No Hay Verde y Greenpeace, entre otros.
“No podemos dañar este acuario natural que compartimos ambos extremos. Es por ello que, en este encuentro binacional, reforzamos nuestro compromiso con el mar y el medio ambiente y decimos, desde este canal milenario navegado durante miles de años por nuestro pueblo canoero yagán: NO a la salmonicultura”, señaló David Alday, vocero de la comunidad Yagán de Puerto Williams.
