
Las macroalgas cumplen un rol fundamental en los ecosistemas acuáticos, ya que proveen alimento, refugio y hábitat para cientos de especies marinas, además producen oxígeno y capturan dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera a través de la fotosíntesis, una característica importante que puede ayudar a mitigar los efectos del cambio climático.
Un proyecto de terreno del Programa Nacional de Ciencia Antártica (Procien) liderado por la Dra. Pamela Fernández Subiabre, investigadora de la Universidad de Los Lagos y el Centro i~mar se encuentra estudiando los efectos del cambio climático en cuatro especies de macroalgas antárticas, precisamente lo que tiene relación con el aumento de las temperaturas del océano y la acidificación marina, que es cuando se reduce el pH del océano (se vuelve más ácido) producto de la absorción del CO2.
La investigadora junto a su equipo se encuentra participando de la LIX Expedición Científica Antártica (ECA 59) que organiza el Instituto Antártico Chileno (INACH) con el Proyecto “Impactos de la acidificación y calentamiento del océano sobre los mecanismos de captación de carbono (CCMs) en algas antárticas: un enfoque fenotípico y genético” que consiste principalmente “en evaluar estos efectos e impactos sobre diferentes especies de macroalgas que habitan en el intermareal y submareal, dependiendo de los mecanismos de captación de carbono que tengan estas especies”, menciona además, que estos mecanismos pueden ser diferentes, ya que pueden verse influenciados por variables ambientales como la disponibilidad de la luz y de carbono.
Comenta que esta es la segunda temporada que viajan a Antártica. Ya habían trabajado durante el verano anterior, en donde colectaron la máxima diversidad de especies que se encontraran en áreas costeras de bahía Fildes, isla Rey Jorge. “Estudiamos alrededor de 56 especies distintas, de diferentes grupos taxonómicos (rojas, verdes y pardas), y analizamos sus mecanismos de captación de carbono ”, acota Pamela Fernández.
Una vez colectadas estas primeras muestras se realizaron experimentos cortos de fisiología en las instalaciones de la base Profesor Julio Escudero del INACH, que les permitió poder identificar que existían distintos mecanismos de captación de CO2 entre estas especies, sugiriendo que sus respuestas frente al cambio climático pueden ser específicas de algunas especies. También enviaron algunas muestras de tejido a la Universidad de Tasmania en Australia para análisis de isotopos y contenido de carbono y nitrógeno.
Para esta segunda temporada en terreno, y de acuerdo a los resultados obtenidos el año anterior, están buscando especies específicas de importancia ecológica con distintos mecanismos de captación de carbono, en total acotaron a cuatro especies pertenecientes al mismo grupo taxonómico, tales como Desmarestiales (algas pardas) y Gigartinales (algas rojas), pero que utilizan distintas fuentes de carbono que pueden ser CO2 o bicarbonato (HCO3–).
“En esta campaña, colectaremos y transportaremos estas especie a la ciudad de Puerto Montt, donde serán incubadas bajo distintas condiciones de CO2 y temperatura para determinar sus respuestas fisiológicas y moleculares de futuras condiciones oceánicas.”, menciona sobre la metodología que llevarán a cabo próximamente para desarrollar su investigación.
Como bien se mencionó al inicio de esta nota, las macroalgas son una pieza clave en los ecosistemas acuáticos, ya que “son especies que prestan refugio, alimento, hábitat para distintos organismos marinos, tales como invertebrados, peces, tanto en el submareal como en el intermareal. Por lo tanto, cualquier impacto negativo sobre ellas, como por ejemplo: disminución en su abundancia debido al calentamiento del océano podría desencadenar un impacto negativo a nivel de la cadena trófica, ya que no solo se vería afectada el alga sino también toda la fauna que pueda estar asociada a estas poblaciones”, advierte.
Ahora bien, ¿por qué es importante estudiar estas especies en Antártica?, es porque “según las proyecciones que tenemos de cambio climático vemos que hay lugares donde estos aumentos de temperatura o acidificación del océano pueden ocurrir a una tasa más acelerada y eso es lo que se proyecta para Antártica”, afirma la investigadora de la Universidad de Los Lagos.
Esta investigación cuenta con el apoyo de los co-investigadores Catriona Hurd (Universidad de Tasmania, Australia), Alejandro Buschmann (U. de los Lagos), Juan Diego Gaitán-Espitia (Universidad de Hong Kong, China), Charles Amsler (Universidad de Alabama, Estados Unidos) y Erasmo Macaya (Universidad de Concepción).
El INACH es un organismo técnico del Ministerio de Relaciones Exteriores con plena autonomía en todo lo relacionado con asuntos antárticos de carácter científico, tecnológico y de difusión. El INACH cumple con la Política Antártica Nacional incentivando el desarrollo de la investigación de excelencia, participando efectivamente en el Sistema del Tratado Antártico y foros relacionados, fortaleciendo a Magallanes como puerta de entrada al Continente Blanco y realizando acciones de divulgación del conocimiento antártico en la ciudadanía.
El Programa Nacional de Ciencia Antártica (Procien), del INACH, está constituido por los proyectos que este financia, organiza, coordina y ejecuta directamente o en conjunto con otras agencias del país, ya que la actividad científica polar nacional deriva de distintos fondos concursables públicos, transparentes y bajo la metodología de revisión por pares.



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