Mundoacuicola

Revista de Acuicultura.

Impacto global de prohibición acuícola en Washington

En InnAqua 2025, Jeanne McKnight, directora ejecutiva de la Northwest Aquaculture Alliance advirtió que la prohibición en Washington fortalece a grupos contrarios a la salmonicultura e instó a la industria a unirse y mostrar sus innovaciones.

En el marco de su participación en InnAqua 2025, la directora ejecutiva de la Northwest Aquaculture Alliance (NWAA), Jeanne McKnight, abordó la reciente prohibición de granjas marinas en Washington, Estados Unidos, y su efecto en la industria acuícola mundial. La también presidenta de la Alianza Internacional de Innovación en Acuicultura (AIA) explicó que la medida, adoptada en enero de este año por el Departamento de Recursos Naturales, responde a un proceso “apresurado y carente de fundamentos científicos”.

“La prohibición entró en vigor en enero de 2025, y en la Northwest Aquaculture Alliance presentamos una demanda en febrero para anular esa medida ilegal. Esperamos que sea revocada y, cuando ocurra, podremos volver a poner peces en el agua y reactivar a las empresas”, señaló.

“Ha sido devastador”

McKnight recordó que la acuicultura tiene una trayectoria de cuatro décadas en la región y subrayó el impacto económico de la medida. “Esto ha sido devastador: llevamos 40 años dedicados a la acuicultura en Washington y es algo terrible para nuestra economía, especialmente para las economías rurales que dependen de estos empleos y del pescado que se producía. Es una situación muy triste para Washington”, afirmó.

En su mensaje dirigido a la industria chilena, McKnight planteó la necesidad de coordinación internacional para enfrentar la desinformación y los diferentes desafíos de la industria. “Creemos que debemos trabajar a una escala más global, alineándonos con organizaciones comprometidas en marcar la diferencia y en llevar pescado y alimentos saludables al mundo, porque los vamos a necesitar. Es momento de unirnos y enfrentar juntos a estos grupos”, indicó.

Finalmente, insistió en que la acuicultura debe comunicar sus avances tecnológicos para contrarrestar críticas basadas en prácticas del pasado. “Hoy necesitamos entregar al mundo más información sobre las innovaciones que están transformando la acuicultura, porque lo que la gente rechaza son prácticas de hace 20 o 30 años que ya no existen”, concluyó.