
Una nueva certificación obtenida en Chile confirma que el sistema de limpieza in situ Stingray Serie E230 no genera daño en redes, validando su aporte a la eficiencia operativa y sostenibilidad en centros de cultivo acuícola.
Desde su origen, el Stingray Serie E230 ha sido concebido como una respuesta concreta a los principales desafíos operacionales, ambientales y sanitarios de la industria acuícola. Con más de una década de investigación y desarrollo, este ROV de limpieza in situ creado por Lindgren-Pitman (LP) combina eficiencia energética, innovación mecánica y diseño de bajo impacto en un solo sistema.
Este enfoque se traduce en múltiples ventajas competitivas: reducción de hasta un 90% en consumo de combustible frente a sistemas tradicionales, eliminación de bombas de agua a presión, reducción del estrés en peces gracias al bajo nivel de ruido subacuático.
Con estas características, ha logrado posicionarse como un aliado estratégico en la transición hacia una acuicultura más sostenible, generando confianza entre los operadores de centros de cultivo que han experimentado directamente sus beneficios:
“Donde otros no pudieron, Stingray trabajó y cumplió. Lo recomiendo siempre que puedo” —Pedro Pilquimán, Salmones Antártica.
“El Stingray E230 para mí lo describo como el lavado de redes in situ VIP. Equipo eficiente, hace el trabajo donde otros equipos se rinden el primer día. Se necesitan más equipos como este: eficiencia y seguridad en los resultados” — Luis Velázquez, Marine Farm.
Nueva certificación: Pruebas reales con redes en Chile
Potenciando y confirmando estos testimonios, es que una nueva validación local se suma al Stingray Serie E230. A partir de una prueba realizada en condiciones reales en el sur de Chile, el equipo obtuvo una certificación formal que acredita que su sistema Vibraclean no produce daño alguno en redes peceras ni loberas, incluso tras simulaciones equivalentes a más de 23 años de uso continuo.
Esta evaluación fue desarrollada por LP Chile SpA en colaboración con Sermanut Ltda., operador local que ya utiliza la tecnología, y Mar Mau Ltda., fabricante nacional de redes. El estudio incluyó un protocolo riguroso de pruebas de limpieza, evaluaciones en laboratorio según norma ISO 1806, y un análisis técnico de presiones, potencia aplicada y diseñoestructural del sistema Stingray E230.
Las pruebas realizadas en el sur de Chile tuvieron como objetivo validar técnicamente que el equipo Stingray no provoca daño en redes. Para ello se utilizaron dos tipos de redes nuevas: una red lobera de HDPE de 5,5 pulgadas con nudos, y una red pecera de poliéster Raschel 250/144 sin nudos de 2,5 pulgadas, ambas representativas de los estándares de uso en la industria nacional. Ambas redes se cortaron en paños de 5 x 7 metros, no fueron tratadas con pintura antifouling, y se cosieron con un cordón perimetral de 12 mm antes de ser sumergidas en agua de mar durante 12 a 18 horas como preparación para la prueba.
Las redes se instalaron colgadas desde la barandilla de una jaula flotante cuadrada, sin peces, y se les añadieron pesos de 90 kg en cada esquina para generar la tensión típica que se observa en centros de cultivo chilenos. Para fines del ensayo, cada red se dividió en tres zonas de limpieza: la parte superior (zona A), la sección media (zona B) y la zona inferior o de giro (zona C), además de una zona de control sin intervención.
En la red de HDPE se establecieron cinco puntos de muestreo: tres correspondientes a las zonas A, B y C donde actuaron las hélices del Stingray; uno en la zona de control; y otro en la trayectoria de la oruga dentro de la zona C.
En el caso de la red Raschel de poliéster, se definieron diez puntos de muestreo, incluyendo duplicados en las zonas de limpieza, dos en la zona de control, y dos en la zona de la oruga, también en la región C.
La prueba de limpieza consistió en desplazar el Stingray desde la zona A hacia la C, atravesando la región B, y luego invertir la dirección para retornar por el mismo trayecto. Este recorrido ascendente y descendente se repitió 20 veces, lo que implicó un total de 40 pasadas sobre la zona B, y breves detenciones en las zonas A y C. Al finalizar el ciclo completo, el equipo se mantuvo fijo en la zona A, con sus hélices Vibraclean operando a máxima potencia durante 10 minutos en la red lobera y 30 minutos en la red pecera.
Con esto, se buscó exponer las redes a condiciones que exceden lo esperable en un ciclo normal de limpieza, representando un estrés acumulado extremo. De hecho, la duración de 30 minutos continuos equivale a más de 1.100 limpiezas en uso normal, lo que se traduce en aproximadamente 23 años de operación. Este enfoque proporciona evidencia empírica suficiente para evaluar la presencia o ausencia de deterioro.
Finalizada la prueba en terreno, las redes fueron remitidas al laboratorio de Mar Mau Ltda., donde se realizaron ensayos de resistencia según norma ISO 1806. Las mediciones de tracción fueron aplicadas en los sectores tratados, comparándolos con una muestra de red nueva sin uso. En ambas redes, los resultados arrojaron que la resistencia mecánica en las zonas tratadas era igual o superior al control.
El laboratorio constató que no se observaron fibras deshilachadas ni signos visibles de desgaste. En el informe, se señala textualmente: “Los resultados muestran un ligero aumento de la fuerza de rotura de la malla después de la limpieza en comparación con la muestra de control” (Informe Mar Mau, p. 3).
En la red pecera, expuesta durante 30 minutos de forma estacionaria, se replicó el equivalente a más de 1.146 ciclos de limpieza, un parámetro muy superior al ciclo de vida estimado de cualquier red comercial en condiciones normales de cultivo. La ausencia de daño estructural en ese contexto representa un respaldo único a la propuesta tecnológica de LP Stingray.
Este hallazgo no solo valida la seguridad del sistema, sino que también permite proyectar la vida útil de las redes cuando se utilizan tecnologías de limpieza mecánica de bajo impacto como Vibraclean. La posibilidad de extender el uso de las redes sin comprometer la integridad de las mallas representa un beneficio económico y operativo considerable para la industria.
Extendiendo la vida útil de las redes
La validación técnica también contempló el análisis mecánico del sistema. El informe describe que cada leva del Stingray ejerce una fuerza puntual de hasta 41,4 kgf. Esta presión se mantiene por debajo del umbral de daño de las redes, considerando que las mallas de HDPE estándar presentan una resistencia mínima de 120 kgf, lo que deja un margen de seguridad del 191%. Con todo, esta combinación de pruebas en terreno, laboratorio y análisis estructural permite establecer que el sistema cumple con altos estándares de seguridad operacional.
Así, la certificación obtenida ha sido denominada “Net Safety Certificate”, y constituye un sello técnico que distingue al Stingray Serie E230 dentro de las soluciones actuales para limpieza de redes en centros de cultivo. Su desarrollo responde a una lógica de innovación continua, centrada en los desafíos reales de la industria acuícola.
Con esta certificación local, LP Stingray afianza su presencia en Chile como una solución confiable y técnicamente validada. El equipo se posiciona no solo como una herramienta de eficiencia, sino como una opción estratégica para extender la vida útil de las redes, reducir el uso de antifouling y cumplir con los nuevos requerimientos de sostenibilidad de la salmonicultura del futuro.
Para más información, contactar a:
Norteamérica – Shaughn Hollcroft – shaughn@lindgren-pitman.com – CEL +1 (360) 305-1520
Sudamérica – Christian Manríquez – christian@lindgren-pitman.com – CEL +56 9 6669 1556
Soporte técnico e ingeniería – Joshua De Santiago – joshua@lindgren-pitman.com – TEL +1 (954) 943-4243 ext. 212