Mundoacuicola

Revista de Acuicultura.

Hacia una comprensión interdisciplinaria e integral de las floraciones algales

La científica española Elisa Berdalet alertó en ICHA 2025 sobre cómo la acción humana intensifica las floraciones algales nocivas y llamó a fortalecer la cooperación científica.

La científica española Elisa Berdalet, expresidenta del programa GlobalHAB y exvicepresidenta de GEOHAB, abordó los desafíos que representan las floraciones algales nocivas (FANs) para la acuicultura, destacando la necesidad de fortalecer la cooperación científica internacional y la colaboración interdisciplinaria para prevenir sus efectos sobre especies cultivadas, incluidos los peces de la salmonicultura.

Durante su visita al congreso ICHA 2025 en Punta Arenas y en conversación con Mundo Acuícola, Berdalet explicó que estas floraciones son fenómenos naturales, pero que las actividades humanas pueden intensificarlas: “Las proliferaciones de algas son naturales. El problema es que muchos de estos procesos no ocurrirían si los humanos nos portásemos un poco mejor”. Añadió que los aportes de materia orgánica y nutrientes —como nitrógeno y fósforo— derivados de actividades como la acuicultura o el uso de fertilizantes pueden favorecer su desarrollo.

La investigadora señaló que, en sistemas confinados, las condiciones pueden favorecer la acumulación de biomasa fitoplanctónica, generando eventos que impactan directamente a la industria pesquera y acuícola: “En un sitio donde se ha alterado la circulación del agua, las algas no se lavan; si además hay nutrientes disponibles, pueden crecer especies que producen toxinas capaces de matar a los peces”.

Mirada interdisciplinaria

Berdalet subrayó la relevancia de abordar el fenómeno desde una perspectiva integral, que combine oceanografía física, química, biología y salud pública. “No podemos trabajar solamente con los que miran las algas; necesitamos colaborar con físicos oceanógrafos, químicos, geólogos, zooplanctólogos y médicos”, indicó, resaltando la complejidad de los factores que inciden en la ocurrencia y consecuencias de las FANs.

Asimismo, destacó la dificultad de detectar y atribuir correctamente los efectos de estas proliferaciones: “A veces los síntomas de intoxicación por microalgas no son específicos. Se pueden confundir con infecciones alimentarias comunes, lo que dificulta su diagnóstico y la comunicación de riesgos”.

La especialista también alertó sobre nuevas especies emergentes, como Ostreopsis, que se está expandiendo en el Mediterráneo y el Atlántico, capaz de provocar síntomas respiratorios en las personas expuestas. Casos similares, dijo, podrían observarse con otras microalgas o cianobacterias en distintas regiones del mundo.

Colaboración internacional

En relación con la cooperación internacional, Berdalet recordó que programas como GEOHAB (2000-2015) y GlobalHAB (2016-2025) nacieron bajo el alero de la Comisión Oceanográfica Intergubernamental de la UNESCO (IOC-UNESCO) y el Comité Científico para la Investigación Oceánica (SCOR), con el propósito de coordinar esfuerzos científicos globales sobre floraciones algales nocivas. “La idea es que lo que hace Chile sea conocido fuera de Chile, y lo que se hace en Japón, Estados Unidos o Malasia también. Se trata de conectar la ciencia para enfrentar un problema común”, enfatizó.

De cara al término del programa GlobalHAB en 2025, la investigadora explicó que el trabajo continuará en coordinación con la Década de los Océanos (2020-2030) impulsada por Naciones Unidas, con el fin de fortalecer el monitoreo, la educación y la participación de nuevos países en la red científica internacional. “Queremos que aquellos países que no han podido participar hasta ahora por falta de recursos puedan integrarse, aprovechando las nuevas herramientas digitales y la ciencia ciudadana”, señaló.