
Si bien el impacto económico pleno del nuevo escenario arancelario está por verse, tanto el Consejo del Salmón como SalmonChile coinciden en que se requiere una mirada estratégica
A dos meses del anuncio del presidente estadounidense Donald Trump sobre un alza generalizada de aranceles a las importaciones, los gremios salmoneros chilenos han comenzado a hacer sus primeros balances. Si bien las cifras de exportación a abril no revelan caídas significativas, los representantes del sector reconocen que el nuevo escenario comercial genera incertidumbre y llama a reforzar la estrategia de diversificación de mercados, señalando sus visiones en un reciente articulo publicado por Pulso.
La presidenta ejecutiva del Consejo del Salmón, Loreto Seguel, comentó a Pulso que, si bien los envíos a EE.UU. durante abril alcanzaron los US$235 millones (el mayor nivel del año), sí existe preocupación por los posibles efectos futuros. “Hay mucha diversidad y muchas empresas exportan salmón a EE.UU. En algunos casos se está compartiendo el costo (del mayor arancel) entre importadores y exportadores; en otros, se está asumiendo completamente. Lo que no sabemos aún es si el impacto es directo o colateral, considerando también el movimiento de nuestros competidores”, sostuvo.
En esa línea, Seguel valoró la resiliencia del sector y su presencia en más de 100 mercados. “La vocación de diversificación que tiene la industria se confirma y constituye una ventaja competitiva”, agregó, tras retornar de una gira internacional por Japón, China, Italia y Francia, donde buscó fortalecer el posicionamiento de la salmonicultura nacional.
Por su parte, el presidente de SalmonChile, Arturo Clément, manifestó que el nuevo arancel del 10% impuesto por EE.UU. ha repercutido en la demanda, aunque aún es difícil cuantificar su impacto real. “La demanda se mantiene débil y no se ha logrado una recuperación en estas primeras semanas”, indicó.
Clément también abordó los efectos en otros destinos: “Hay un impacto en los otros mercados desde el punto de vista de ajustes de precios, como consecuencia de las negativas expectativas generadas por estos aranceles”. En cuanto a las medidas adoptadas, destacó el trabajo conjunto entre el sector privado y el gobierno para recuperar condiciones de acceso preferencial, junto con abordar lo que calificó como el “arancel invisible”: las trabas administrativas internas que afectan la competitividad del rubro.
“Estamos buscando mecanismos para eliminar estas barreras y mejorar la posición del salmón chileno no solo en EE.UU., sino en todos los mercados internacionales”, concluyó Clément.
Si bien el impacto económico pleno del nuevo escenario arancelario está por verse, tanto el Consejo del Salmón como SalmonChile coinciden en que se requiere una mirada estratégica, colaborativa y de largo plazo para mitigar los riesgos y reforzar la competitividad global de la salmonicultura chilena.
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