
Los baños anestésicos son usados en salmonicultura para manipular peces de forma segura durante selección, transporte, tratamientos médicos y reproducción, reduciendo estrés mediante sedación. En Chile, los principales anestésicos son MS-222 y benzocaína. Sin embargo, estudios recientes alertan sobre riesgos de esta última: la investigación de la Dra. Patricia Martins (Universidad de Aveiro, Portugal, 2025) en salmones del Atlántico criados en sistemas RAS evidenció que la benzocaína altera el microbioma cutáneo, provocando disbiosis y debilitando la barrera natural frente a patógenos oportunistas. Se observó una reducción significativa en riqueza y diversidad bacteriana, predominando Gammaproteobacteria y Betaproteobacteria, lo que podría aumentar la vulnerabilidad de los peces. Estos hallazgos subrayan la necesidad de reevaluar prácticas rutinarias y considerar impactos en microbiomas para mejorar la salud de los salmones y la sostenibilidad del cultivo.
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