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Revista de Acuicultura.

InnAqua 2025 arranca en Puerto Montt: Desafíos globales, licencia social y sostenibilidad

La jornada inaugural de InnAqua 2025 puso en agenda licencia social y sostenibilidad, tendencias globales, cooperación público-privada y biotecnología aplicada.

Desde Puerto Montt, la Aquaculture Innovation Conference, InnAqua 2025, dio el vamos este martes en el Centro de Vinculación Ciudad Puerto de Empormontt, instalando la conversación sobre innovación y sostenibilidad acuícola, con énfasis en energías renovables, economía circular, huella de carbono e innovación social. La tercera versión de este evento continuará este miércoles y jueves en el Hotel Enjoy de Puerto Varas; la inauguración reunió a autoridades regionales y nacionales, entre ellas el subsecretario de Pesca, Julio Salas.

El día inaugural del evento estuvo marcado por el llamado de Carlos Parra Campos, presidente del Club de Innovación Acuícola, a poner la innovación en el centro de la sostenibilidad e integrar energías renovables, reducción de huella de carbono, economía circular e innovación social y por el mensaje de Loreto Seguel, directora ejecutiva del Consejo del Salmón de destrabar el crecimiento con una política de Estado.

Arturo Clément, presidente de SalmonChile enfatizó que la innovación prospera con una industria tractora y alineó ese objetivo con la hoja de ruta del Plan Salmón 2050. En paralelo, las autoridades regionales y los alcaldes de Puerto Montt y Puerto Varas comprometieron trabajo conjunto para consolidar un hub de innovación y nuevos centros tecnológicos.

Desde el Gobierno, el subsecretario de Pesca, Julio Salas, se comprometió a ingresar próximamente a tramitación legislativa un proyecto que fortalece la gobernanza acuícola, modernizando la Comisión Nacional de Acuicultura para incorporar a los trabajadores de la industria. Asimismo, señaló que se presentará un proyecto de ley para simplificar la tramitación de ajustes cartográficos y relocalizaciones menores de centros salmoneros. Por otro lado, indicó que pronto entrará en vigencia la modificación del umbral de producción para cultivos de algas y filtradores, elevándolo a 1.000 toneladas anuales, con el fin de reconocer su bajo impacto ambiental en el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental.

Colaboración público privada

En tanto, la sesión de exposiciones abrió con Harrison Karisa, especialista sénior del Banco Mundial, quien presentó el panorama global de la acuicultura y sostuvo que el crecimiento hacia 2050 exige atraer inversión y ordenar el financiamiento con esquemas mixtos, garantías y seguros. Llamó a fortalecer capacidades, cadenas de valor y la cooperación entre sector público y privado, con mayor apoyo a pymes e inteligencia de mercado.

Luego fue el turno de Eduardo Bitrán, académico de la Universidad Adolfo Ibáñez, quien repasó la trayectoria de la salmonicultura chilena y advirtió que, para retomar el crecimiento con sostenibilidad, se requieren reglas adaptativas y más colaboración: relocalizar centros cuando sea necesario, avanzar en sistemas en tierra, incorporar tecnologías como la IA y mejorar el desempeño sanitario y ambiental mediante programas público-privados.

Licencia social y biotecnología

En el segundo bloque de exposiciones, la presidenta de la Aquaculture Innovation Alliance (AIA) y directora ejecutiva de la Northwest Aquaculture Alliance, Jeanne McKnight, expuso sobre la prohibición de la acuicultura en jaulas marinas en el estado de Washington, medida que se originó tras el escape de más de 250 mil salmones Atlánticos en 2017. Recordó que primero se vetó el cultivo de esa especie en 2018 y, posteriormente, en 2022 se decidió no renovar concesiones, hasta llegar en 2025 a la prohibición total de la salmonicultura en aguas estatales.

“Washington es zona cero de un movimiento global contra la salmonicultura. Lo que ocurrió allá es una advertencia: necesitamos colaboración e innovación para defender a la acuicultura y asegurar su desarrollo sostenible”, advirtió McKnight.

Luego, la CEO de AQUIT Biotech Solutions for Sustainable Aquaculture, Daniela Allerbon, presentó la exposición “Soluciones biotecnológicas para la acuicultura sostenible. Anticipando el futuro”, donde relató la trayectoria de la startup biotecnológica surgida en la frontera entre Argentina y Chile. Destacó que la innovación requiere ecosistemas sólidos, con universidades, industria, inversionistas y marcos regulatorios, y advirtió que la licencia social es uno de los mayores desafíos de la acuicultura, lo que obliga a reforzar la comunicación y demostrar sostenibilidad con hechos.

“Ser mujer emprendedora en biotecnología acuícola es remar en dulce de leche: recibimos menos fondos, pero aun así mostramos mejor desempeño. Por eso necesitamos ecosistemas de innovación que apoyen de verdad y permitan que estas soluciones lleguen a la industria”, subrayó Allerbon.

Preguntas finales 

Para cerrar la jornada, se formuló una pregunta a cada uno de los expositores. La primera intervención fue de Daniela Allerbon, CEO de AQUIT, quien destacó como hito central de su startup el desarrollo de un aditivo basado en una proteína del propio pez, capaz de modular la inmunidad de manera inteligente y en plazos mucho más breves. Este avance, explicó, fue validado en pruebas con patógenos de su primera versión inyectable, lo que permitió demostrar su efectividad al lograr resultados en solo una semana, frente a las tres o cuatro semanas habituales en otras soluciones. “Identificamos una proteína que encaja en el pez como un rompecabezas y modula su inmunidad sin generar inflamación. Ese fue el hito más importante, y nos abrió la puerta a inversiones en más de cinco países, que además de capital nos aportaron redes de contacto, conocimientos y apoyo técnico”, señaló.

Luego, el especialista sénior en acuicultura del Banco Mundial, Harrison Karisa, recalcó la importancia de la cooperación público-privada para el desarrollo de la acuicultura, enfatizando que es fundamental definir con claridad los roles de cada actor. A su juicio, el sector público debe crear un entorno habilitante, con políticas, regulaciones e incentivos, mientras que el sector privado debe comprometerse a apoyar la estrategia nacional. 

Finalmente, Jeanne McKnight, presidenta de la Aquaculture Innovation Alliance (AIA), compartió la experiencia de Washington y subrayó que la industria debe estar preparada para enfrentar la presión de grupos opositores. “La lección es que no podemos quedarnos de brazos cruzados; debemos responder con comunicación, con acciones legales y, sobre todo, trabajando unidos, tal como lo hizo la industria chilena en los años noventa al defenderse del caso antidumping”, afirmó. Esto, refiriéndose a la demanda presentada en 1997 por la industria salmonicultora de Maine contra el salmón chileno por presunto dumping: la investigación antidumping en EE. UU. impuso inicialmente un arancel de 4,57% y luego fue revocada, dejando todos los envíos sin sanciones.