Mundoacuicola

Revista de Acuicultura.

INCAR refuerza propuestas para prevenir escapes de salmones y proteger ecosistemas

El Centro INCAR actualiza y respalda con nueva evidencia científica sus recomendaciones para el manejo y monitoreo de los escapes de salmonídeos en el sur de Chile, destacando acciones como la identificación de peces mediante corte de aleta adiposa y la vigilancia permanente en ríos sensibles.

El Centro Interdisciplinario para la Investigación Acuícola (INCAR) difundió un análisis técnico sobre la gestión de escapes de salmones de cultivo en el sur de Chile, con foco en los desafíos ambientales, productivos y regulatorios que enfrenta el sector. El trabajo, liderado por la investigadora principal del Programa Integrativo del centro, Dra. Doris Soto, revisa antecedentes históricos, científicos y de política pública en torno a este fenómeno, proponiendo medidas para mejorar su control y monitoreo.

En su más reciente revisión, INCAR recordó que “todo sistema acuícola, ya sea en estanques terrestres o en jaulas flotantes, está expuesto a la pérdida accidental o intencional de especímenes”. En el caso chileno, los salmonídeos cultivados (salmón del Atlántico, salmón Coho y trucha arcoíris) son especies exóticas, lo que implica potenciales riesgos de interacción con el ecosistema natural.

El centro explicó que los escapes pueden producir efectos como competencia, depredación o transmisión de enfermedades, aunque también señaló que las especies nativas pueden sufrir impactos genéticos si se liberan individuos de cultivo. En países como Noruega, por ejemplo, los escapes de salmón del Atlántico, especie nativa en ese entorno, han generado erosión genética en poblaciones silvestres.

Pesca artesanal

INCAR destacó además que, en Chile, la pesca artesanal puede actuar como un mecanismo eficiente de control si se gestiona adecuadamente la captura de peces escapados. Recordó también la paradoja histórica de las introducciones de salmonídeos: las truchas fueron liberadas deliberadamente a inicios del siglo XX para fomentar la pesca recreativa, mientras que especies como el salmón Chinook, cultivadas originalmente con fines productivos, han establecido hoy poblaciones estables que incluso sustentan pesquerías artesanales reguladas en el sur del país.

El centro recordó que en 2021, junto al Centro de Investigación en Invasiones Biológicas (INVASAL), publicó un documento de política con recomendaciones para mejorar los protocolos de recaptura y monitoreo de escapes, destacando la necesidad de fortalecer la coordinación entre autoridades, productores y comunidades locales.

En una publicación más reciente en la revista Reviews in Aquaculture, un grupo multidisciplinario liderado por INCAR analizó el riesgo ambiental de escapes en las regiones de Los Lagos, Aysén y Magallanes. El estudio mostró que los riesgos difieren según la especie: son menores para el salmón del Atlántico debido a su baja capacidad de sobrevivir, alimentarse y reproducirse en el medio natural en comparación con el salmón Coho y la trucha arcoíris.

El trabajo también orienta sobre las zonas donde se debería monitorear la presencia de salmonídeos escapados, especialmente en cuencas de alta sensibilidad ecológica, con el fin de detectar tempranamente posibles procesos de dispersión.

Control

Por último, INCAR resaltó una propuesta de investigadores de la Universidad Estatal de Oregón, desarrollada en colaboración con el centro, que plantea la corta de la aleta adiposa dorsal como una herramienta práctica para identificar peces de cultivo liberados al medio. Este procedimiento, explican los autores, podría aplicarse durante la vacunación, facilitando la trazabilidad y diferenciación entre peces silvestres y escapados.

A través de estas investigaciones, INCAR busca aportar evidencia científica para avanzar en políticas de gestión más eficaces frente a los escapes de salmones de cultivo, contribuyendo a la sostenibilidad ambiental de la acuicultura y al equilibrio con las pesquerías artesanales y recreativas del sur de Chile.